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Deporte después de la COVID-19: Consejos para iniciar rutinas de ejercicios de forma segura

Retomar nuestras actividades físicas luego de sufrir el contagio del virus de la COVID-19 puede ser difícil para muchos pacientes dependiendo de la gravedad de la infección, debido a que, posiblemente, la enfermedad dejó secuelas, desde fatiga por subir escaleras hasta problemas pulmonares crónicos.

Sin embargo, recordemos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda realizar actividad física por lo menos 150 minutos por semana, aun cuando las condiciones de pandemia nos obliguen a estar en casa. De esta manera, volver a la rutina de ejercicios luego de la infección debe ser un proceso controlado por el médico y, sobre todo, requiere de mucha paciencia porque podemos sufrir descompensaciones de nuestros signos vitales, fatiga muscular y agotamiento físico, insuficiencia cardíaca (angina de pecho), mareos, pérdida de memoria y desgarros musculares o esguinces de ligamento articulares.

En ese sentido, la licenciada Maritza Jaramillo, tecnóloga médica en Terapia Física y Rehabilitación del Instituto Daniel Alcides Carrión, sugiere empezar programas de terapia física pulmonar, siempre bajo vigilancia médica, y llevar un plan de tratamiento con un fisioterapeuta respiratorio.

“Los pacientes pueden beneficiarse de intervenciones de rehabilitación pulmonar orientadas a deficiencias físicas y respiratorias, con una combinación de técnicas de ejercicios graduados, educación, actividades cotidianas y apoyo psicosocial”, indicó Jaramillo. 

Conoce las principales recomendaciones de la especialista para iniciar rutinas de ejercicios de forma segura:

  1. Comenzar con una rutina graduada, no de golpe, y tener mucha paciencia. Cada paso es un logro. No nos exijamos demasiado.
  1. La rutina de ejercicios dependerá de la gravedad de la infección y deberá estar adaptada a la edad del paciente.
  1. Mantener contacto y seguimiento con su fisioterapeuta y el médico tratante, quienes deberán modificar y adecuar la rutina al progreso del paciente.
  1. Monitorear el ritmo cardíaco y la frecuencia respiratoria. Es aconsejable ir poco a poco y no frustrarse si no vemos avances inmediatos.
  1. Sostener una dieta saludable y balanceada, además de hidratarnos lo suficiente.

“En caso notemos fiebre, tos o fatiga al respirar mientras realizamos nuestros ejercicios, es recomendable dejar de hacerlos y acudir al médico, quien decidirá si es tiempo de volver o cambiar el plan de tratamiento con pautas de recomendaciones establecidas, concluyó la tecnóloga médica.

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