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Cómo ayudar a los niños a formar su propia personalidad

Muchas corrientes psicológicas concuerdan en que, aunque el ser humano nace con una carga genética que forma las bases de su personalidad, esto no es determinante, pues los primeros años también son esenciales para la construcción de la personalidad. ¿Cuáles son las causas y condiciones para que los niños desarrollen en equilibrio su personalidad? El especialista Hernán Tovar comparte sus reflexiones y experiencias.

“Una buena idea para ayudar a la construcción de la personalidad es brindar al niño un espacio de respeto y contención, y observar cada etapa de cambio. El propósito es provocar el contacto de el niño con su aspecto genuino y espontáneo, alejado de la sumisión o rebeldía”, indica.

La socialización es un factor que ayuda en la construcción del comportamiento. Por eso, Tovar señala como positivo que padres y centros educativos fomenten la interacción del niño con el entorno, incentivando buenas prácticas con metodologías holísticas que refuercen el desarrollo emocional del niño.

Si los niñas y niños cuentan con las condiciones saludables para construir las bases de su identidad, tendrán una adultez con una personalidad madura y equilibrada, que implica expresar autonomía, vivir en el aquí y ahora, actuar con responsabilidad y libertad, sentirse dueño de sí mismo y dueño de vínculos sanos con sus semejantes. Una personalidad madura es además la base de una autoestima adecuada, precisa el también promotor educativo del Nido Villa Sonrisas, que aplica en su labor la Metodología ASIRI.

La metodología ASIRI es una propuesta educativa flexible, articulada, integradora y con estructura. Está basada en tres estados del ser: el amor (el sonido), la voluntad (la forma) y la sabiduría (el color), respectivamente relacionadas con el sentir, hacer y pensar que contribuyen a un aprendizaje con propósito, significado y trascendencia.

“Estimular a los niños mediante metodologías holísticas es una buena decisión, ya que incentiva las inteligencias múltiples, el cultivo de virtudes humanas y el desarrollo de la salud socioemocional del estudiante. De este modo, se genera un contexto emocional positivo, que favorece el aprendizaje significativo y vivencial, estimula la conciencia con los semejantes y con el medio ambiente, y brinda sentido de trascendencia y propósito al alumno”, señala Tovar.

El desafío para padres se centra en reforzar los comportamientos positivos y reducir los negativos. En este sentido, el promotor educativo del Nido Villa Sonrisas recomienda poner atención a los talentos y destrezas naturales del niño, y reforzarlas con actividades extraescolares.

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