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El baile en tiempos de pandemia: ¿Cómo se generaron nuevas coreografías en el ballet?

La pandemia, en un inicio, paralizó en el Perú varias actividades, deportes y disciplinas, entre las cuáles la práctica del ballet no fue la excepción. Y si bien las escuelas, compañías y academias que imparten el baile tuvieron que interrumpir sus actividades en su totalidad inicialmente, con el pasar del tiempo y la reducción de la incidencia de la COVID-19, se abrió paso a una nueva forma de practicar la danza y un nuevo modo de generar coreografías.

Con la llegada de la COVID-19 se canceló la práctica presencial del ballet y se dio paso a la virtualidad tanto en la Escuela Nacional Superior de Ballet (ENSB) como en compañías y academias. Ante este panorama de espacios reducidos y suelos no apropiados para que los estudiantes practiquen la disciplina, los maestros comenzaron a dictar las clases virtuales por Zoom.

Este replanteo de la práctica del ballet también obligó a que la generación de las coreografías migre a la virtualidad. Es decir, ahora se hacen ediciones de video de las intervenciones de los participantes para producir las coreografías. “Se abre un campo nuevo que es la edición de coreografías. Es interesante pero nunca se va a igualar al espectáculo presencial, en donde uno siente la energía de los bailarines”, consideró Gina Natteri, directora de la ENSB.

Para el profesor de la ENSB, Marlon Cabellos, explicó que realizar las coreografías de forma audiovisual ha sido una nueva experiencia, pues la video-danza, que era una alternativa poco explorada, ahora ha sido vital. “Hemos tenido que trabajar de la mano con creadores audiovisuales porque, generalmente, para transmitir una coreografía a través del método audiovisual se requiere de un conocimiento artístico que implica el recurso cinematográfico”, afirmó el docente.

En tanto, por más que el Zoom ayudó para las clases, para la enseñanza los profesores tuvieron que afrontar algunos problemas. Por un lado, tienen que revisar el progreso de los alumnos por medio de videos, lo cual genera que los procesos de aprendizaje se alarguen más de lo esperado. Ese problema se suma a que no todos los estudiantes tienen la misma capacidad de conectividad y se tiene que monitorear que todos comprendan a cabalidad lo impartido. Por otra parte, los docentes tuvieron que valerse del recurso asincrónico de grabar unas pautas para que el alumno las vea previamente y comprenda mejor lo que hay que hacer antes de empezar la clase.

“Definitivamente ha sido más trabajoso e implica mucha más concentración de parte del alumno para poder estar al corriente de un avance de cómo se debería hacer en una modalidad presencial”, indicó Cabellos.

Aunque la presencialidad aún no tiene fecha de regreso, pues aún no se pueden dar clases en la ENSB, dicha institución ya cuenta con un plan de retorno a clases presenciales con todos los protocolos de seguridad. “El ballet sigue en pie a pesar de las dificultades, si hay algo que se desarrolla con la práctica de este es la resiliencia. Pensamos que el próximo año las cosas van a cambiar, ya en todo el mundo han cambiado y las actividades se desarrollan con normalidad”, señaló Gina Natteri, directora de la ENSB.

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