El Trastorno Afectivo Estacional aumenta en el invierno

El TAE, es una forma de depresión que afecta con mayor frecuencia a mujeres. Esto se debe a que en esta estación ocurren varios cambios en el cerebro como por ejemplo, disminuye la producción de serotonina porque hay poca exposición a la luz solar, lo que afecta el ánimo, apetito y sueño. Además, al ser los días más cortos y haber mayor oscuridad aumenta los niveles de melatonina en el organismo, condición que puede causar somnolencia y desgano.

La psicóloga Alexandra Sabal de la Clínica Ricardo Palma explica que el ritmo circadiano que regula el ciclo de sueño-vigilia también puede alterarse por la falta de rayos solares y desincronizar el reloj biológico interno ocasionando problemas de sueño y depresión. De igual forma, los días grises disminuyen los niveles de vitamina D, lo que favorece el estado de melancolía y tristeza.

Señales de alerta

Los síntomas del TAE son los mismos que se presentan en otras formas de depresión: sentimientos persistentes de tristeza, desesperanza, vacío, irritabilidad, pérdida de interés, fatiga, cansancio, falta de energía, problemas de sueño (dormir en exceso, a veces insomnio), cambios en el apetito, dificultad para concentrarse y tomar decisiones, aislamiento social y menor interacción con otras personas.

El tratamiento es muy variado. La fototerapia tiene como objetivo exponer a la persona a una caja de luz brillante para compensar la falta de luz solar. Asimismo, la terapia cognitivo conductual es ideal para cambiar pensamientos negativos y los medicamentos son útiles para algunos pacientes, así como los suplementos de vitamina D. Además, la práctica regular de ejercicios puede mejorar el estado de ánimo y reducir los síntomas de depresión.

Claves para combatirlo

La psicóloga Alexandra Sabal subraya que existen algunas pautas para manejar estos sentimientos:

  1. Educación. Informarse sobre el trastorno, para tomar conciencia de que afecta a muchas personas en el mundo y no está solo.
  2. Hablar con otras personas. Compartir su experiencia con amigos, familiares o un grupo de apoyo.
  3. Buscar asesoría profesional. Un terapeuta o consejero puede ofrecer un espacio seguro para hablar sobre las emociones y ayudar a desarrollar estrategias.
  4. Normalizar la condición. Reconocer que muchas personas experimentan TAE y que es una respuesta normal a la disminución de la luz solar.
  5. Cuidar de sí mismo. Practicar el autocuidado puede mejorar el estado de ánimo y autoestima.
  6. Centrarse en lo positivo. Enfocarse en las cosas que puede hacer para sentirse mejor y en los aspectos positivos de su vida.
  7. Ser amable con uno mismo. Practicar la autocompasión y recordar que está bien pedir ayuda.

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