El crecimiento benigno de la próstata, conocido como hiperplasia prostática benigna (HPB), es una condición común que afecta a los varones a medida que envejecen. A partir de los 40 años, la próstata podría aumentar de tamaño, lo que puede provocar una serie de síntomas urinarios como la dificultad de orinar, micción débil o necesidad de orinar frecuente o urgente. Este crecimiento no está relacionado con el cáncer, pero puede ocasionar molestias significativas si no se trata.
“Se cree que la causa del crecimiento benigno de la próstata es de origen hormonal, con un aumento en los niveles de testosterona y dihidrotestosterona (DHT). Este proceso involucra la formación de nuevas células y una disminución en la muerte programada de las mismas, lo que promueve el aumento del volumen del órgano. Por ello, es común el crecimiento prostático, mientras que lo raro es no presentarlo. Asimismo, se descarta que la alimentación o la actividad sexual sean factores que influyan en su crecimiento, ya que es una condición natural en los hombres”, afirmó el Dr. Rodrigo Vinces Blanco, urólogo de la Clínica Stella Maris
Por ello, el urólogo Rodrigo Vinces Blanco hace un llamado a los pacientes masculinos a realizarse controles periódicos, especialmente a partir de los 40 años. Es fundamental analizar el crecimiento de la próstata y su evolución, ya que estos son aspectos clave para su tratamiento y control. De este modo, se puede prevenir el cáncer de próstata o la necesidad de una intervención quirúrgica.
Cirugía de enucleación láser
Al diagnosticarse una tumoración benigna de la próstata, es importante entender que no todo aumento en el volumen del órgano indica necesariamente la presencia de cáncer. Además, el doctor Rodrigo Vinces aclara que no todos los pacientes con una próstata agrandada tendrán obstrucción urinaria; por lo tanto, el tamaño de la próstata no está necesariamente relacionado con la capacidad de obstrucción.
En caso de que se requiera una cirugía para un crecimiento no canceroso, existen opciones seguras, tanto en procedimientos abiertos como endoscópicos. «Antes, las cirugías endoscópicas con láser eran costosas y poco comunes. Sin embargo, hoy en día, gracias al avance de la tecnología, son más accesibles y ofrecen un tiempo de recuperación reducido», afirma el Dr. Vinces.
Entre las ventajas de la cirugía de enucleación láser se destacan: menor sangrado, rápida recuperación (el paciente puede ser dado de alta al día siguiente de la operación) y una menor permanencia del catéter urinario (puede retirarse al día siguiente o, como máximo, en dos días). Estas ventajas no son posibles con una cirugía abierta, lo que evidencia los beneficios de este procedimiento.