Investigación en Vichama revela los alimentos consumidos hace 3800 años

En el marco de las actividades por el 17 aniversario del inicio de las labores de investigación, conservación y difusión de la antigua Ciudad Agropesquera de Vichama,  ubicada en el distrito de Végueta, provincia de Huaura, la doctora Ruth Shady Solís, directora de la Zona Arqueológica Caral (ZAC), Unidad Ejecutora 003 del Ministerio de Cultura del Perú, presentó el resultado de los últimos estudios sobre los alimentos que fueron consumidos por los antiguos pobladores de ese sitio arqueológico, hace 3800 años.

Este importante estudio, llevado a cabo por el equipo de arqueólogos e investigadores de la ZAC y recientemente publicado en la prestigiosa revista científica internacional Q1 Vegetation History and Archaeobotany, revela cuáles plantas consumieron, utilizaron en actividades ceremoniales y ofrecieron en rituales.

Durante la intervención en los edificios públicos de Vichama se recuperaron 123 muestras de contextos arqueológicos primarios, sobre las que se efectuó el estudio arqueobotánico. Las muestras corresponden a sedimentos ricos en materia orgánica, ofrendas y pisos. Se identificó un total de diecisiete especies de plantas comestibles, entre ellas, frutas como guayaba, lúcuma, palta y ciruela de fraile; ajíes; legumbres como pacae, frijol, pallar y pallar del gentil; así como rizomas y tubérculos (achira, camote, papa) y zapallos.

Los resultados de esta investigación revelan una alta frecuencia de frutas (principalmente guayaba y lúcuma) y ajíes (entre ellos el ají amarillo) en los contextos analizados, lo que sugiere que estos frutos y especias eran habitualmente consumidos, utilizados en actividades ceremoniales y como parte de ofrendas.

En contraste, los restos de pacae, pallar, achira, camote y papa mostraron una baja frecuencia, lo cual se explica por el consumo completo de sus semillas, raíces y tubérculos. Sin embargo, su elevada frecuencia en contextos asociados a ofrendas evidencian la importancia de estos taxones comestibles en Vichama.

Esta información es fundamental para conocer la dieta y la domesticación de las plantas en el antiguo Perú, muchas de las cuales forman parte de la dieta en la actualidad.

CAUSAS DE UN CAMBIO CLIMÁTICO

La arqueóloga sanmarquina, Ruth Shady, también mostró evidencias del cambio climático que afectó el normal desarrollo de la Civilización Caral, hace 3800 años. Hecho que motivó el abandono de antiguos centros urbanos y la ocupación de otros, como Vichama, antigua ciudad donde plasmaron la memoria de este fenómeno climático.

En el Edificio Principal (Sector A) se halló unos impresionantes relieves murales, representaciones a las que se le denominaron: “La Danza de la Muerte y de la Vida”, compuesta por 34 imágenes. En la plataforma inferior del edificio se observan seres muertos, aparentemente adultos, con las costillas expuestas y los ojos cerrados, entre dos seres fallecidos, con cuerpos cadavéricos. En el nivel superior, los frisos son de jóvenes, en diversas posturas, como en una danza ritual, enmarcados entre dos peces. En una etapa posterior, sepultaron el mural de los frisos y construyeron encima un nuevo salón ceremonial, donde modelaron la figura frontal de un sapo con manos humanas, emergiendo de la tierra y la figura de un rayo sobre su cabeza.

El sapo en la cosmovisión andina es un animal relacionado con la llegada de las lluvias, por lo que se presume que en este nuevo ambiente se realizaban ceremonias y ritos propiciatorios para la producción agrícola.

Otros relieves que refuerzan esta interpretación fueron descubiertos en el Edificio Público de los Depósitos (Sector K). En una escena se observa un relieve escultórico, compuesto por cuatro cabezas humanas con los ojos cerrados, y dos serpientes que se desplazan entre ellas, hacia una semilla antropomorfizada, con la boca abierta y las raíces hincadas en la tierra. En otra escena, un “Sapo Humanizado” lleva una cabeza antropomorfa, que tiene los ojos cerrados. Según la interpretación de la doctora Shady, representan “El Anuncio y la Llegada del Agua”.

Los relieves escultóricos de Vichama han sido vinculados con el registro en la memoria de la sociedad sobre un período de escasez y hambruna. Serían recordatorios para los que sobrevivieron, sobre las dificultades enfrentadas por el cambio climático y la escasez del agua y de los alimentos. Este fenómeno natural que no debía ser olvidado, transmite una información que debe ser considerada también por la población actual, que ya está afrontado un cambio climático global.

VICHAMA

El centro urbano de Vichama fue construido sobre una terraza y laderas del cerro Halconcillo, a un kilómetro y medio del litoral y a 75 metros sobre el nivel del mar, por encima de los campos agrícolas que se extienden a lo largo y ancho de la sección inferior, margen derecha, del valle de Huaura.

El asentamiento tiene una extensión de 25 hectáreas y entre los 3800 y 3500 años antes del presente comprendió 22 conjuntos arquitectónicos, con edificios públicos, plazas de reunión y sectores domésticos. Los hallazgos realizados dan cuenta que esta sociedad tuvo gran interacción con culturas de la selva, costa y sierra.

La doctora Ruth Shady sostuvo que, en 17 años, además de la labor de investigación arqueológica, el equipo multidisciplinario de la Zona Arqueológica Caral, ha trabajado en la conservación del patrimonio cultural. También, en la transmisión de la información recuperada, sobre los conocimientos desarrollados en ciencia y tecnología, y acerca de la historia social y cultural de Vichama, en beneficio de la población local, nacional e internacional.

Asimismo, a través del programa creado “Caral – Vichama en la Escuela”, se transmite a los niños y jóvenes la información del patrimonio arqueológico, para que se identifiquen con él, lo valoren y protejan; la Zona Arqueológica Caral apoya también en la difusión de la gastronomía, artesanía y agricultura actual de Végueta – Huaura.

DATO

Para conmemorar el 17 aniversario de la puesta en valor de este sitio arqueológico se realizará, este viernes 30 y sábado 31 de agosto, la fiesta cultural “Vichama Raymi 2024”, que genera identidad y orgullo en los habitantes del distrito de Végueta, y de todo el Perú.  

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