Lima.- La robotización industrial ya no es una promesa futurista. Es el presente. Lenta pero progresivamente vemos diferentes tipos de robots laborando y facilitando día a día gran parte de las funciones de muchas compañías del mundo, reforzando de esta manera la seguridad de los empleados, la eficiencia, la productividad y un sinfín de beneficios.
De acuerdo con el Informe Mundial de Robótica 2023 de la Federación Internacional de Robótica, hasta el año 2022 se registró una incorporación de 553.052 robots industriales en todo el mundo, lo que significó un aumento de 5% en comparación a 2021. Se estima que para 2026 esta cifra supere los 700 mil robots industriales a nivel global.
Asimismo, el 10% de los más de 553 mil robots están instalados en América, siendo Estados Unidos el mayor mercado, con 71% de la implementación en la región.
En el caso de la minería, la robotización sigue creciendo. Precisamente, porque es un sector que constantemente está en la búsqueda de innovar para así proteger la criticidad de sus labores y procesos, para hacerlos rigurosamente más seguros para la vida humana. Un ejemplo es moverse en terrenos irregulares o que fueron recientemente minados. Es ahí donde el perro robot se involucra con un mapeo geológico para una supervisión segura.
“El Perú está en la mira y necesidad de realizar pruebas pilotos. Es ideal empezar con ello, ya que se sabe que mediante la incorporación de inteligencia artificial y cámaras ofrecen múltiples funciones para medir la temperatura, detección temprana de riesgos, inspección de zonas peligrosas, mantenimiento preventivo de activos, entre otras. Además, como recauda información en tiempo real, permite tomar acciones y precauciones en el acto”, explica Claudio Soto, director de vertical de Minería e Industria de Logicalis.
Reemplazar a los humanos en actividades de riesgo
Entre las prioridades a atender de la industria minera está la seguridad de las personas. Ya sea en mineras subterráneas o a cielo abierto, los riesgos de derrumbes, inflamación o incendio de las correas transportadoras son frecuentes. Es por ello que se ve una apuesta importante en el uso de este tipo de robots para evitar arriesgar la vida del personal.
“Algunas personas sufren heridas leves en estas faenas. Aquí hay dos preocupaciones: el riesgo de vida del trabajador y por último la paralización de la minera. La intención de la instalación de perros robots es que sean ellos los encargados de monitorear ciertas zonas de la faena, y un operador humano se encargará de revisar las imágenes, en caso de que el robots tenga cámaras, y audios para detectar cualquier alerta temprana”, agrega el experto.
Reducción de los costos
Al prevenir los riesgos constantes a los que se enfrentan las personas y detectar anomalía en tiempo real, la instalación de perros robot también contribuyen a una reducción de los costos operativos.
Soto aclaró que mediante la detección de problemas tempranos, las mineras pueden reaccionar de forma rápida para atender la situación y minimizar así los tiempo de inactividad.
“Lo que caracteriza a los perro robots es que tienen una velocidad constante. A diferencia de un dron, por ejemplo, que necesita ser controlado manualmente, estos perros robots funcionan de forma autónoma y solo amerita el cambio de baterías para que puedan continuar con la jornada, así como de lineamientos de rutas en lo que se necesita que estén rondando y analizando”, sentencia Soto.