El uso de los polímeros se remonta al siglo XVI a. C., se trata del látex que los nativos de México y América Central crearon mezclando un caucho producido por el árbol Castilla elástica. Esto se fue desarrollando hasta que Leo Hendrik Baekeland inventó la baquelita (sustancia plástica totalmente sintética), que revolucionó por su capacidad de no conducir electricidad y resistir al calor, haciéndola ideal para una amplia gama de aplicaciones, incluyendo teléfonos, radios, etc. Los plásticos llevan en nuestra vida e historia desde hace mucho y cumplen diversas funciones.
Según cifras del Ministerio del Ambiente, en el país se consumen aproximadamente 950 mil toneladas de plásticos al año. Solo en Lima Metropolitana y Callao se generan a diario más de 886 toneladas de residuos de este material, representando un 46 % a nivel nacional. En promedio, un peruano usa anualmente 30 kilos de plástico.
Cuando hablamos de este elemento es el que peor fama tiene al relacionarlo con el medio ambiente, ya que muchos lo consideran como el responsable directo de la contaminación por la que hoy pasa nuestro planeta. Alguna vez que he comentado sobre la necesidad de la economía circular de los plásticos, me han “informado” que la solución es eliminar el 100 % de estos. Es así como a la fecha, la mayoría de los esfuerzos se han centrado en prohibir y/o reducir el uso de plástico.
Podría decirse que hoy “está de moda” odiar el plástico y es que, sin una recolección y reciclaje adecuados, este tiene un impacto duradero en los ecosistemas. Hay varios puntos a revisar que no están siendo observados por expertos y por quienes rechazan el uso del plástico:
- Las principales ventajas de este material son también la base de su problema: muy baratos y sencillos de producir, además tienen durabilidad. Por ello, se ajusta a todas las economías.
- El plástico está presente en numerosos productos de nuestro día a día, dado que es un elemento versátil y resistente, con un potencial de innovación inherente. Por esta razón, debe desempeñar un papel crucial en la economía circular.
- El 60 % de los ingresos de los recicladores corresponden a la comercialización de plástico, ¿cuál es la alternativa para este grupo de personas?
- No existe un sustituto real a los productos de plástico. Las opciones biodegradables, compostables no lo son. Recordemos que, el material debe degradarse como mínimo un 90 % en seis meses en un ambiente rico en dióxido de carbono. Entonces, si lo compramos, pero lo botamos en la basura, no estamos aportando.
- No se habla del rol de los consumidores en la contaminación. Si no cambiamos la mentalidad, podríamos emplear otro material que también impacte en el medio ambiente y continuar el abuso de este .
Por citar un ejemplo, les cuento una situación respecto al uso del plástico. Mi esposo fue a una clínica cercana a nuestro domicilio que solo atiende urgencias, y cuando vieron la gravedad de su situación, lo trasladaron a otra sede. Durante su estancia, lo trataron con muchas herramientas de este material: catéteres, viales y una multitud de «pequeñas cosas» para su recuperación. El problema no son estos elementos, sino el abuso cuando son sustituibles y lo que hacemos con ellos cuando han perdido su función.