Las marcas tienen características que las hacen únicas. Crear una significa dotar a un producto o servicio de una identidad que la haga destacar sobre la competencia. Por ello, antes de ingresar al mercado, todo emprendedor debe analizar cuál es el valor diferencial de su empresa y explotarlo a través de un nombre e imagen que la definan.
Antonio Palacios, docente de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), sostiene que la creación de la identidad de una marca es un proceso que abarca distintos pasos.
Investigación. El primer paso es realizar una indagación rigurosa sobre el mercado y de las marcas que lo componen. “Es importante desarrollar una investigación profunda del caso. Esto puede evitar varios problemas porque el proyecto iniciaría con una base y con un objetivo definido”, apunta el experto. Añade que saltar esta primera etapa podría causar la creación de una marca con características similares a otra existente o una propuesta genérica que no genere interés entre los consumidores.
Identidad. Cada marca es única y posee una personalidad propia. Ello explica por qué los consumidores pueden identificarse con unas y dejar de lado otras, de acuerdo con Antonio Palacios. “El éxito de un negocio depende no solo de la calidad de sus productos o servicios, sino también de contar con una marca que esté alineada con su visión y apunte a un determinado público objetivo”, indica.
Concepto. La marca se define, por lo general, a partir de un concepto. Se trata de una palabra o frase que ayuda a delinear el camino que esta va a tomar, según el especialista. “Digamos que un negocio tiene como definición la palabra ‘diversión’; entonces, todos los elementos gráficos deben estar alineados, ya sea a través del color, la forma o el tipo de letra que usa en la comunicación con el público”, explica. Así, señala que el proyecto que tenga como intención ser percibido como divertido, debe evitar usar un lenguaje demasiado formal o palabras rebuscadas que la audiencia no pueda comprender de manera inmediata.
Nombre. Recién en esta etapa, luego de haber realizado las anteriores, el docente de la UTP sugiere empezar a definir el nombre. Para ello, recomienda investigar las marcas existentes en el rubro para identificar tendencias. “El fin de este estudio no es copiar lo que está de moda, sino evitar redundar en lo mismo o elegir un nombre muy genérico”, precisa. “El objetivo es lograr algo creativo y memorable, y evitar los de pronunciación complicada”, agrega.
Logotipo. En líneas generales, esta fase del proceso inicia con una reunión entre el cliente y un diseñador gráfico. “A partir del encuentro inicial, se procede a realizar una investigación que incluya un estudio del público objetivo y de la competencia. Asimismo, en esta etapa se realiza el benchmarking, analizando a la competencia y recopilando ejemplos que sirvan como inspiración, pero que también ayuden a definir un diferencial”, detalla.
Palacios anota que la inteligencia artificial (IA) es una herramienta poderosa que podría ayudar a los emprendedores a realizar cada uno de estos pasos. “Existen plataformas que nos permiten hacer un análisis de la marca y cotejar si el esbozo está alineado con lo que se planificó o han aparecido muchos repositorios de plantillas de logotipos, en los cuales cualquier persona puede fácilmente cambiar el color o el nombre que figura en ellos”, asegura.
Sin embargo, el docente de la UTP recomienda contar con un profesional con experiencia que pueda gestionar el proyecto de desarrollo de marca desde la concepción hasta la ejecución. “Si bien la tecnología hoy nos ayuda a resolver problemas con mayor facilidad, el factor humano es clave para usarla de forma intencionada para llegar a buen puerto. Los productos ‘enlatados’ no ofrecen algo memorable que esté alineado con la misión y visión de la empresa. Es allí donde un experto en marca puede hacer la diferencia”, concluye.