Con el propósito de seguir promoviendo la difusión de la cultura, el ICPNA Cultural presenta “El río de todas las vidas» de la artista Adriana Ciudad, bajo la curaduría de Florencia Portocarrero. La exhibición estará disponible hasta el domingo 29 de setiembre en el Espacio Germán Krüger Espantoso del ICPNA Miraflores.
“El río de todas las vidas” reúne los cuatro proyectos más recientes de la artista peruano-alemana Adriana Ciudad. Enmarcadas entre dos eventos cruciales de su vida –la muerte de su madre y su propia transformación en madre– estas obras inscriben a Adriana en una genealogía de creadoras que entienden lo personal como político y el afecto como un espacio legítimo de producción de conocimiento e interrogación social.
El proyecto «Alabaos» (2017-2018) gira en torno a las canciones y rituales fúnebres de las cantoras afrocolombianas de Timbiquí, ofreciendo una alternativa a la privatización del duelo en las sociedades modernas. “Heridas y remedios” (2022-2024) es una instalación que evoca un tendal de sábanas ensangrentadas y aborda la violenta metamorfosis que experimenta el cuerpo recién parido, así como la importancia de las plantas medicinales para su recuperación.
“La revolución del afecto” (2022) es una pieza de video en la que, a través de una metodología epistolar, Adriana y el artista Isaac Ernesto exploran sus lazos maternales y desnudan profundas heridas históricas. Finalmente, “Sentir la propia sombra” (2023-2024) reúne pinturas y poemas con el fin de iluminar la constelación de emociones ambivalentes que atraviesan las mujeres y otras identidades gestantes durante el embarazo y el arduo trabajo del cuidado y la crianza.
La curadora menciona que “El río de todas las vidas” inscribe a Adriana en una genealogía de creadoras que entienden lo personal como político y el afecto como un espacio legítimo de producción de saber e interrogación social. “La exhibición reivindica la experiencia encarnada de la maternidad y del trabajo de cuidado como fuentes de conocimiento creativo, señalando nuevos caminos posibles tanto para maternar como para producir arte”, añade Florencia Portocarrero.