Las TIC siguen siendo el gran impulsor tecnológico del país. Según el “Estudio Talento Digital Perú 2023”, el 37% de las empresas peruanas ya utilizan inteligencia artificial en sus procesos y la automatización de los mismos.
No obstante, este crecimiento ha revelado una necesidad puntual en el fortalecimiento del talento humano y en la reducción de la brecha de talento digital. Por eso, es importante resaltar cuáles son los retos más importantes en las empresas TIC.
Conformar equipos, brindar más oportunidades
El saber conformar equipos que satisfagan este acelerado crecimiento del sector es responsabilidad de las empresas. Es esencial contar con especialistas en campos específicos que garanticen el éxito de los proyectos tecnológicos. Así lo explica la Dra. Adelaide Bianchini, directora del Máster Universitario en Gestión de las Tecnologías de la Información y la Comunicación de la Universidad Internacional de Valencia – VIU, perteneciente a Planeta Formación y Universidades.
«La gestión de los proyectos de desarrollo tecnológico requiere de profesionales especializados, con competencias que barren desde aquellos aspectos asociados la tecno-estructura, hasta todo lo atinente a la tecno-cultura (el área de empresa, el factor comunicacional, el liderazgo, la gestión de personas, gestión de conflictos, resistencia a cambios, barreras físicas y discapacidad, entre otros)», explica la experta.
Con «tecno-estructura», la Dra. Adelaide Bianchini se refiere a la combinación de aquello que es tangible y cuantificable en un proyecto tecnológico: software, hardware, dispositivos para la gestión y análisis de datos, etc. Y con «tecno-cultura» apunta a la comprensión y uso adecuado de esa «tecno-estructura». Allí se manifiesta la actuación del talento humano en pro de los objetivos específicos de la organización.
Como anota la experta de VIU, esta configuración es necesaria «teniendo en cuenta que cada día surgen nuevas tecnologías subyacentes, se crean nuevos modelos de negocios, evolucionan los esquemas de interacción entre empresas y clientes (B2C), entre empleados y empresas (B2E), entre organizaciones (B2B), entre empresas y gobierno (B2G)».
Multidisciplinariedad vs. Interdisciplinariedad en las TIC
Se habla mucho de la conformación de equipos multidisciplinares o interdisciplinares, como si fueran sinónimos, pero aquí hay una gran diferencia a la hora de hablar desde el punto de vista holístico, fundamental para las TIC.
Lo multidisciplinar aplica cuando investigadores de distintas disciplinas participan en un mismo proyecto, pero desde su propia individualidad, realizando sus propios estudios y obteniendo resultados individuales para aportar.
Lo interdisciplinario, por otro lado, implica la integración y cooperación de distintas disciplinas para obtener un resultado que vaya más allá de los límites de cada disciplina particular. De esta manera se obtienen nuevos conceptos, prácticas y metodologías.
«Optar por la interdisciplinariedad es mucho más productivo para confrontar opiniones», anota la docente de la Universidad de Valencia, quien comenta que desde maestrías como la que dirige se fomenta este pensamiento. «La diversidad de pensamiento resulta ser una ventaja: cada experto se centra en su dominio, pero trabaja en conjunto con otros para integrar el conocimiento en todas las áreas involucradas».
Fomentar la colaboración e intercambio interdisciplinario
La colaboración de talentos de distintas disciplinas permite una retroalimentación que construye nuevos conocimientos y fortalece las dinámicas de trabajo donde la colaboración y la comunicación son clave, y abren la puerta a mecanismos innovadores que flexibilizan el trabajo.
«Las organizaciones deben fomentar el uso de plataformas que permitan el trabajo colaborativo, de manera eficaz», detalla la Dra. Adelaide Bianchini. «Hay equipos de trabajo cuyos miembros pueden estar dispersos geográficamente, con horarios distintos, etc. Una plataforma de colaboración posibilita que se comparta información, el almacenamiento y la recuperación eficaz de documentos de trabajo, etc., [facilitando] la comunicación síncrona para reuniones de trabajo y el intercambio de ideas».
Es un enfoque que se alinea a las necesidades de las empresas que han surgido o arribado a América Latina con el firme propósito de construir equipos diversos, no solo de diferentes disciplinas, sino culturas. Es un principio que aporta a la innovación por la que atraviesa el continente en estos momentos y se proyecta positivamente a corto plazo.