Las recientes denuncias sobre alimentos enlatados en mal estado entregados por un programa social han despertado muchos cuestionamientos, sobre todo porque los niños son los principales consumidores de estos alimentos que, si bien son una alternativa de consumo, sobre todo para aquellos que no pueden acceder a este tipo de alimentos, también podrían ser contraproducentes por el contenido de minerales de la lata.
Aunque son una opción rápida y tienen un bajo costo, los enlatados no pueden sustituir en propiedades nutricionales a los alimentos frescos, por lo que deben convertirse en una alternativa eventual y no en la única opción.
«Si hacemos una comparación del contenido nutritivo del atún fresco respecto a un atún enlatado, podemos ver que el contenido de minerales como el potasio o el calcio se reducen, mientras que se incrementa considerablemente el contenido de sodio en la conserva. Esto es debido principalmente a la incorporación de aditivos que favorecen la conservación del alimento como el sodio, un mineral que, al ser consumido de manera excesiva, podría resultar perjudicial para el organismo», mencionó Zyzy Silva Laban, especialista en nutrición de Surco Salud.
Todo alimento al ser envasado disminuye su calidad nutricional. En el caso de los niños y su alimentación, debe ser nutritiva, completa y balanceada, por lo que debe incluir tanto macronutrientes y micronutrientes. Por tanto, se debe tener en cuenta que todo alimento (en este caso enlatado) en exceso es dañino.
La especialista en nutrición de Surco Salud, brinda algunas recomendaciones en cuanto al consumo de enlatados:
- Se deben almacenar en un lugar fresco, seco y oscuro.
- Es muy importante verificar el etiquetado y la fecha de vencimiento.
- Si se abrió la lata y quedó alimento, este debe ser guardado en otro recipiente.
- Las abolladuras o golpes pueden llegar a perforar la lata (aunque no se aprecie a simple vista); esto hará que las bacterias penetren y contaminen el alimento; en ocasiones suele contaminarse con toxina botulínica, causante del botulismo, una enfermedad poco frecuente pero muy grave.
Buena parte de las latas metálicas están recubiertas con un componente químico llamado bisfenol A (BPA), que las preserva y evita la oxidación, pero se considera perjudicial para la salud. Se ha comprobado que es susceptible de provocar enfermedades cardíacas, diabetes de tipo 2 y, por otro lado; un mal envasado podría oxidar la lata y la excesiva humedad puede hacer que la lata se corroa, lo que aumenta el riesgo de que se formen agujeros y, por tanto, entre el aire y bacterias en el interior de la lata.
En otro momento la especialista Silva Laban acotó; «En ocasiones, tras unos meses de estar almacenada, una lata puede oxidarse o erosionarse hasta el punto de permitir la entrada de bacterias. En todos los alimentos, pero sobre todo en los alimentos con alto contenido de ácido, como los tomates enlatados, los químicos naturales que contienen reaccionan continuamente con el recipiente. Esto puede causar cambios en el sabor, la textura y reducir el valor nutricional del producto».
Para finalizar, la especialista resaltó que el consumo de alimentos enlatados puede contener más sal o azúcar que la de un alimento natural o fresco, creando una falsa impresión de ser saludables, por lo que se le adicionan vitaminas y minerales sintéticos, y en exceso son perjudiciales para la salud.