Lima.- Mientras la digitalización y el desarrollo tecnológico avanza a pasos agigantados, aún millones de zonas rurales en América Latina siguen sin acceso a energía, haciendo aún más difícil reducir la brecha digital. El Perú no es la excepción, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en regiones como Amazonas, el 58.5% de la población carece de acceso adecuado a electricidad.
La energía es esencial para toda infraestructura tecnológica. Sin una fuente confiable de electricidad, las soluciones de telecomunicaciones más avanzadas no pueden funcionar. En una era donde la conectividad es vital para la educación, la telemedicina y el desarrollo económico, la falta de electricidad en áreas rurales limita el acceso a estos servicios y perpetúa la desigualdad.
El último censo de la INEI, el 20.7% de la población vive en áreas rurales1, donde la falta de electricidad es un obstáculo crucial para el desarrollo. Asegurar el acceso a Internet en estas áreas no solo depende de la inversión en infraestructura digital, sino también de contar con una base energética.
En tanto, la explosión digital trae consigo un aumento significativo en el consumo energético, lo que plantea un desafío crucial: la necesidad de adoptar energías alternativas para garantizar un futuro sostenible. En este contexto, la transición hacia fuentes de energía renovable se presenta como una solución fundamental para mitigar los efectos negativos del consumo energético.
“Las fuentes de energía renovable, como la solar y la eólica, ofrecen una solución clave. Estas tecnologías son sostenibles y adecuadas para áreas remotas, y pueden implementarse de manera más accesible que las infraestructuras energéticas tradicionales”, señala Estrella Zaharia-Levinsky, Gerente General Adjunta de Gilat.
Perú, con su abundante radiación solar, tiene un gran potencial para aprovechar esta fuente de energía. Según la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA), el país posee uno de los mayores recursos solares de la región, lo que podría transformar el acceso a la energía en zonas rurales.
La ejecutiva de Gilat agrega: «Es imperativo que integremos energías sostenibles en el desarrollo de nuestra infraestructura digital, no solo se trata de responder a la creciente demanda de conectividad, sino también de garantizar que este crecimiento no comprometa nuestro entorno».
Países como Chile y Brasil están liderando el camino en la adopción de energías renovables, estableciendo iniciativas que combinan el crecimiento de la infraestructura digital con prácticas sostenibles. La energía solar, eólica e hidroeléctrica se perfilan como opciones viables para reducir la huella de carbono de la infraestructura digital y asegurar un suministro energético confiable y limpio.
La importancia de esta transición es aún más evidente en contextos como el de Perú, donde la conectividad sigue siendo un desafío, especialmente en zonas rurales. Si bien se está avanzando en la adopción de energías renovables, aún hay un gran potencial por explorar y desarrollar para alcanzar una mayor sostenibilidad en su matriz energética.
El acceso a energía es fundamental para el avance tecnológico y la equidad en el desarrollo. En América Latina, y especialmente en Perú, cerrar la brecha energética en zonas rurales es esencial para asegurar que el progreso tecnológico llegue a todos. Invertir en energías renovables es un paso crucial hacia un futuro más inclusivo y próspero.