Hay parejas que deciden dejar atrás una infidelidad y luchar por su matrimonio. Sin embargo, esto puede tener efectos negativos en la conducta de los hijos que se enteran del engaño. Por ello, lo ideal es no involucrar a los hijos en esta situación, pero si ya sucedió, la persona que cometió la falta debe hablar con ellos, explicarles que se equivocó y pedirles perdón.
La doctora Carmen Bravo de Rueda, psicóloga de la Clínica Ricardo Palma, señala que esta traición puede resultar muy dolorosa para los hijos, sean niños o adolescentes. En ambas circunstancias, el progenitor que cometió el error perderá su confianza y ellos pueden culparlo por el sufrimiento de su padre o madre, según sea el caso.
“En los adolescentes la situación es más complicada, porque ya entienden lo que significa un engaño, lo que puede generar rebeldía, rencor y mala conducta hacia el padre o madre que cometió la falta, además de ser un mal ejemplo”, señala la especialista. En estas circunstancias, es importante que quien falló comprenda la reacción de sus hijos y trate de ganar nuevamente su confianza. Debe ser paciente y mostrar un comportamiento ejemplar.
Oportunidades de diálogo
Para superar este difícil momento, es importante generar espacios en casa donde todos los miembros de la familia puedan conversar sobre los problemas que enfrentan. Además, realizar actividades lúdicas puede ayudar a recuperar poco a poco la confianza. Si se logra el perdón y la reincorporación de quien cometió el error, la familia puede salir fortalecida, aprender a pedir perdón y a perdonar, así como a resolver los problemas juntos.