De los excedentes metálicos que suelen terminar en un depósito de chatarra, un grupo de estudiantes de Corriente Alterna desarrolló un mobiliario que combina técnica, concepto y propósito. Se llama Tesela y es el resultado de un ejercicio académico que unió a jóvenes de distintas especialidades en torno a un mismo reto: crear una pieza de diseño que dialogue con su entorno y responda a necesidades reales.
El banco, elaborado con chapa de acero galvanizado de reuso proveniente de conductos y piezas descartadas durante remodelaciones de Comunal, fue seleccionado para ser exhibido en la Cumbre Perú Sostenible dentro de uno de los espacios de coworking de la marca. Su estructura modular le permite funcionar como asiento, mesa lateral o separador, según su disposición, demostrando cómo la creatividad puede convertir materiales industriales en objetos útiles y versátiles.
El proyecto fue dirigido por Harold Clavijo, también estudiante de Corriente Alterna, quien asumió la dirección ejecutiva de la propuesta y acompañó al equipo durante el desarrollo conceptual y técnico. Bajo su guía, las estudiantes exploraron procesos de investigación, diseño y experimentación con materiales, aplicando saberes de gestión, comunicación visual y producción industrial.
“Lo valioso de este proyecto no es solo el producto final, sino cómo el proceso refleja la formación integral que ofrecemos: donde el diseño, la creatividad y la reflexión sobre el entorno convergen”, explica Carla Bedoya, directora de Corriente Alterna. “Desde las aulas impulsamos una visión multidisciplinaria que prepara a nuestros estudiantes para generar impacto, no solo desde la estética, sino también desde la sostenibilidad”.
El banco Tesela fue creado por el grupo Núcleo, conformado por Aura Rojas Razzeto, Brisa Balmelli Linares, Francesca Retamoso Palomino y Angely Gutierrez Jauregui, ganadoras del concurso organizado por Corriente Alterna y Comunal. El nombre hace referencia a las pequeñas piezas que forman un mosaico: cada módulo puede ser independiente o formar parte de una composición mayor, una metáfora de cómo la colaboración y el trabajo conjunto multiplican el valor de una idea.
Más que un objeto, Tesela es una muestra de cómo la educación creativa puede convertirse en una herramienta para construir un futuro sostenible. En un contexto donde repensar los recursos es urgente, proyectos como este demuestran que la sostenibilidad no se enseña solo en teoría, sino que se practica, convirtiendo el aprendizaje en acción y el diseño en una forma de responsabilidad con el entorno.
