3 millones de peruanos con deficiencia visual por diabetes

La pérdida de visión asociada con la diabetes está avanzando en el país a un ritmo más rápido de lo previsto. Así lo advirtieron especialistas en retina y representantes de pacientes durante el panel “Diabetes y visión: un desafío compartido para el país”, organizado por Bayer, donde se expusieron datos preocupantes sobre el impacto clínico, social y económico de la retinopatía diabética y el edema macular diabético en el Perú.

El país ya registra más de 220,000 personas afectadas por edema macular diabético (EMD) 1 y 3 millones con deficiencia visual prevenible, según cifras epidemiológicas disponibles. A ello se suma que solo 8 de cada 100 mil habitantes acceden a un diagnóstico oportuno de retinopatía diabética, una enfermedad silenciosa que puede causar ceguera irreversible si no se detecta a tiempo2.

Durante el evento, el Dr. Javier Cáceres del Carpio, retinólogo especialista en enfermedades visuales relacionadas con la diabetes, reveló que en los últimos años se ha observado un incremento preocupante de casos severos en pacientes más jóvenes, consecuencia directa de la falta de controles durante la pandemia.
“Hoy estoy viendo pacientes de 40 años con retinopatía diabética proliferativa. Antes de la pandemia esto era rarísimo en Perú”, advirtió el especialista, “muchos pasaron casi dos años sin controles, sin medicinas y sin seguimiento. Esa brecha nos ha explotado en la cara”.

El médico también señaló que las complicaciones oculares avanzan incluso en personas que “se sienten bien”, lo que dificulta la percepción del riesgo. “No basta con que el paciente diga que ve bien. Puede estar con daño avanzado y no sentir nada. La ceguera es la complicación que más golpea en calidad de vida”.

Regiones amazónicas: la nueva zona crítica
Uno de los hallazgos más llamativos mencionados en el conversatorio fue el aumento de complicaciones severas en pacientes provenientes de la Amazonía. “Por alguna razón que aún se estudia, muchos de los casos más graves vienen de la selva. Factores alimentarios, metabólicos y de acceso al sistema de salud pueden estar influyendo”, explicó Cáceres.
El especialista señaló que esta población llega a Lima con mayor frecuencia cuando la enfermedad ya está en etapas avanzadas, lo que limita las posibilidades de recuperación visual.

El sistema de salud no logra cubrir la demanda
Los participantes coincidieron en que el país enfrenta un déficit estructural en la atención de diabetes y salud visual:
• Más del 50% de la población no tiene ningún tipo de seguro de salud.
• Los hospitales públicos operan con muy pocos retinólogos.
• Las citas oftalmológicas pueden tardar hasta 300 días, lo que retrasa diagnósticos clave.
• No existe una estrategia nacional activa de salud visual para diabetes.

“Hay pacientes que no reciben tratamiento en todo un año. Sin control metabólico, las complicaciones avanzan como un ‘huayco’”, señaló el especialista.
Pacientes: entre la desinformación y la falta de actualización médica
Desde la Asociación de Diabetes en Niños y Adolescentes (ADINA), su presidenta Gina Bazán y el paciente y mentor Diego Bartra alertaron sobre una brecha adicional: la falta de educación sobre la enfermedad y la desactualización de parte del personal médico.

Bazán advirtió que muchas familias no entienden el riesgo visual. “Cuando preguntamos a los pacientes cuándo fue su último fondo de ojo, nos dicen ‘hace cinco años’. Y algunos endocrinólogos aún dicen que basta una vez al año. No es así. En Perú debería evaluarse cada seis meses porque las citas se retrasan y se pierden.”
Bartra añadió que la desinformación afecta el autocuidado en jóvenes: “Hay adolescentes que hacen todo el esfuerzo por cuidarse, pero reciben tratamientos desactualizados. La educación es clave para que no vuelvan a consulta ya con complicaciones”. Ambos señalaron que se requiere mayor apoyo del Estado y que muchas familias enfrentan solas el costo económico y emocional de la enfermedad.

Inteligencia artificial, telemedicina y nuevas tecnologías: oportunidades urgentes
El conversatorio promovido por Bayer, abordó también las alternativas tecnológicas que podrían mejorar el acceso al diagnóstico:
• Cámaras portátiles para tamizaje en zonas rurales.
• Sistemas de inteligencia artificial capaces de detectar signos de retinopatía diabética a partir de una fotografía.
• Integración de la telemedicina, ya usada en radiología, para evaluación oftalmológica a distancia.
“Una foto tomada con un celular y una lupa puede salvarle la visión a un paciente en Huancavelica o en Puno. Necesitamos políticas públicas y presupuesto para que esto sea realidad”, afirmó Cáceres.

El llamado final: prevención y diagnóstico temprano
El panel concluyó con un mensaje de urgencia:
• Todo paciente con diabetes tipo 2 debe recibir evaluación oftalmológica desde el momento del diagnóstico.
• En diabetes tipo 1, la evaluación debe iniciarse a partir del quinto año o antes si existen síntomas o control irregular.
• La hemoglobina glicosilada es el indicador clave que los pacientes deben conocer, no solo la glucosa diaria.

“Una consulta perdida puede costarle la visión al paciente”, expresó Bazán, “la prevención no es un lujo: es la diferencia entre vivir con autonomía o perder la visión”.

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