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4 hábitos para lograr un sueño reparador

Hemos llegado a aceptar el estrés, la tensión, la ansiedad y la presión laboral como parte de nuestro día a día, como una fórmula casi obligatoria para sobrevivir en el mundo acelerado en el que vivimos y esta constante presión hace que el sueño se vea inevitablemente afectado. “Hace unos años atrás nuestra casa era un espacio de desconexión, hoy en día la casa no es solo un lugar para habitar y descansar, sino que se han convertido en oficinas, escuelas, gimnasios y más, lo que definitivamente ha afectado aún más nuestros hábitos de sueño”, comenta Ines Otriz de Zeballos, Directora Comercial de inBLOOM.

Esta privación de sueño, ya sea autoimpuesta o provocada por una afección crónica, puede tener efectos drásticos a corto y largo plazo en el bienestar emocional de las personas y en su salud corporal. De hecho, un patrón de sueño irregular está relacionado con todo, desde bajo rendimiento laboral, problemas en relaciones, hasta enfermedades cardíacas y aumento de peso.

¿Por qué el mal dormir afecta tanto a nuestra salud?

El cuerpo humano es como un perfecto sistema que tiene cronometrado de forma natural los tiempos de actividad y de descanso, pero como consecuencia del ritmo de vida actual, los ruidos de la ciudad y la constante exposición a luces o pantallas, estos tiempos se alteran disminuyendo o acortando el periodo de regeneración, tan necesario para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. “Nuestro día a día es un ciclo perfecto de descanso y actividad, pero el ritmo de vida actual afecta esta fase haciendo que nos levantemos más tensos e incluso sin sentir que hemos descansado” añade la Directora Comercial de la firma peruana de Loungewear & Sleepwear.

¿Cómo cambiar nuestros hábitos para dormir mejor? Aquí, te dejamos una serie de consejos para lograr el equilibrio adecuado entre la actividad y el descanso para relajarse y desestresarse:

1. Establece un horario de sueño

Para asegurar que el cerebro pueda pasar por todas las etapas de sueño necesarias, necesitarás separar al menos siete u ocho horas, que es la cantidad recomendada de sueño para un adulto saludable. Acostarse y levantarse a la misma hora todos los días ayuda a crear este hábito y el ser constante refuerza el ciclo natural de sueño y actividad del cuerpo.

2. Relajarse y crear un ambiente para el descanso

En otras palabras, no se trata de ver Netflix hasta desfallecer. Según un estudio reciente de Amerisleep, el mirar televisión hasta quedarse dormido a menudo resulta una mayor dificultad para conciliar el sueño debido a la naturaleza adictiva de los contenidos de entretenimiento. Antes de acostarte intenta alejarte por completo de las pantallas, toma un baño o usa técnicas de relajación, para que te prepares mentalmente para una jornada de sueño reparador. “En inBLOOM, el descanso y la comodidad es parte de nuestro leitmotiv, por esta razón fabricamos pijamas elaborados en tejidos naturales como el algodón pima que se siente como una caricia en la piel”, afirma Ines Ortiz de Zevallos.

3. Actividad física en tu rutina diaria

La actividad física regular puede promover un mejor sueño, cuando nos despertamos es importante mover y estirar el cuerpo ya que ha estado en reposo durante muchas horas. Además, diversos estudios han demostrado que hacer ejercicio por las mañanas potencia la actividad mental durante el resto del día. De esta manera, podemos mejorar la oxigenación de los órganos y del cerebro, arrancar el día listas para dar nuestro 100% y puede promover un mejor sueño.

4. Maneja las preocupaciones

Trata de resolver tus preocupaciones o inquietudes antes de acostarte o lleva un diario que te ayude a anotar lo que tengas en mente y déjalo a un lado para mañana. El manejo del estrés podría ayudar a tener un sueño más provechoso.

Comienza con lo básico, cómo organizarse, establecer prioridades y delegar tareas. La meditación también puede ayudarte a aliviar la ansiedad.

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