Lima.- El dolor agudo es una señal de alarma que el cuerpo envía para alertar sobre un daño y es una de las principales razones por las que las personas acuden al médico1, pero cuando persiste durante más de tres meses, se convierte en dolor crónico, una enfermedad en sí misma que afecta la vida de millones de personas . En América Latina, aproximadamente el 30% de la población vive con esta patología2 y en Perú, se estima que la cifra llega a casi el 40% .
A pesar de su impacto, más del 80% de los pacientes a nivel mundial no reciben el tratamiento adecuado para el dolor crónico , una realidad que también se vive en el país. Según el Dr. Rodrigo Díez Tafur, subespecialista en Medicina del Dolor, esto se debe a la falta de especialistas y al desconocimiento general sobre esta enfermedad y de las opciones de tratamiento que existen más allá de las alternativas farmacológicas. “Lamentablemente, en nuestro país no contamos con una formación en dolor durante el pregrado y post grado. Se conoce muy poco de lo que implica la formación como subespecialista en esta área”, comenta.
En el marco del Día Mundial del Dolor, que se conmemora cada 17 de octubre, el Dr. Díez Tafur comparte algunos datos relevantes sobre el dolor crónico con el objetivo de generar conciencia sobre la importancia de su atención:
- El dolor puede ser incapacitante: de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el impacto del dolor crónico es significativo, dado que una de cada tres personas pierde la capacidad de desarrollar sus actividades diarias con normalidad , lo que limita su vida laboral, afectiva y social y, como consecuencia, afecta su salud mental.
- Existen siete tipos de dolor crónico : según la última edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), el dolor crónico se divide en tipos: primario, caracterizado por la alteración funcional y que no es explicable por otra causa distinta al estrés emocional; oncológico; postquirúrgico o postraumático; neuropático, causado por daño nervioso; orofacial y cefalea; visceral, que se origina órganos internos; y musculoesquelético, que afecta músculos y huesos.
- El diagnóstico es esencial para el enfoque adecuado: se requiere de una evaluación exhaustiva del paciente, con una historia clínica completa y detallada, y exámenes clínicos exhaustivos que permitan determinar las características del dolor y el enfoque más idóneo para el caso.
- Abordaje multidisciplinar: dado que el dolor tiene varias aristas, debe ser abordado por una unidad de dolor, dirigida por un subespecialista, que realiza tratamientos intervencionistas mínimamente invasivos, farmacológicos o se apoya en la asistencia de diversos profesionales que brindan apoyo en tratamiento psicológico, fisioterapia y tratamientos de enfermería ambulatoria. Así como considerar la interconsulta a otras especialidades médicas, de ser necesario.
- Alternativas mínimamente invasivas: actualmente existen técnicas de intervencionismo mínimamente invasivas que apoyan el tratamiento del dolor como, por ejemplo, la endoscopia espinal, las bombas de liberación de fármacos (bombas intratecales), así como la estimulación de médula espinal o ganglio de la raíz dorsal, que genera pequeñas descargas eléctricas en la columna para su alivio. Estas opciones deben ser indicadas por un especialista.
Finalmente, el Dr. Díez Tafur señala la necesidad de promover y reforzar la formación adecuada de subespecialistas en dolor, con un enfoque integral en el manejo de la enfermedad que permita a los pacientes tener un mayor acceso a atención de calidad.