Lima. En un mundo cada vez más interconectado, el uso de dispositivos móviles es una herramienta esencial para potenciar la enseñanza y el aprendizaje. Estas tecnologías no solo facilitan el acceso a la educación, sino que también permiten que estudiantes y docentes interactúen en entornos digitales más dinámicos y flexibles. En este contexto, la Semana del Aprendizaje Digital se presenta como una oportunidad para reflexionar sobre el impacto de estas tecnologías y los desafíos que aún debemos enfrentar para aprovechar al máximo su potencial.
En el caso del Perú, la Encuesta Nacional de Hogares del primer trimestre de 2024, elaborada por el (INEI), reveló que el 90,7% de la población mayor de seis años usa internet diariamente, y que el 91,3% accede a la red a través de sus teléfonos celulares. Además, reportó que el 95,3% de los hogares cuenta con al menos un miembro que posee un teléfono celular.
«Las tecnologías digitales han revolucionado constantemente la educación, desde su masificación con el auge de internet, hasta especialmente después de la pandemia de Covid-19», comentó Luciano Stucchi, profesor de la carrera de Humanidades Digitales e investigador de la Universidad del Pacífico. «Por lo tanto, el aprendizaje digital es un proceso en permanente evaluación, donde tanto educadores como estudiantes se enfrentan continuamente a nuevos desafíos a medida que la tecnología avanza de manera acelerada», explicó.
Siendo esto así, el docente de la UP explica cuáles son los cuatro principales desafíos que enfrenta el aprendizaje digital en el Perú:
Brecha digital entre generaciones: La brecha digital no solo se manifiesta entre jóvenes y mayores en términos de familiaridad con las nuevas tecnologías, sino también en la dificultad de las nuevas generaciones para manejar tecnologías anteriores. Esta desconexión limita las interacciones intergeneracionales y dificulta la comprensión de contextos históricos y culturales diferentes a los contemporáneos.
Desigualdad económica y acceso a la tecnología: La brecha digital también está profundamente influenciada por la disponibilidad de recursos económicos. La falta de acceso a dispositivos y conexión a internet afecta negativamente las oportunidades académicas y laborales de quienes viven en condiciones de pobreza, perpetuando el ciclo de la desigualdad.
Complejidad tecnológica y falta de comprensión crítica: A medida que las tecnologías digitales se vuelven más sofisticadas, muchos usuarios encuentran difícil comprender su funcionamiento y su impacto en la sociedad. Es crucial fomentar el pensamiento crítico y una educación humanista que permita un uso consciente y responsable de estas herramientas.
Desfase entre habilidades tecnológicas y demandas educativas: Las tecnologías digitales ofrecen oportunidades sin precedentes, pero también exigen competencias específicas que no siempre están alineadas entre estudiantes y educadores. Esto puede generar frustración y una adopción superficial de las herramientas tecnológicas, impidiendo un aprovechamiento pleno de su potencial.
Estos desafíos son especialmente relevantes en nuestro país, donde la brecha educativa acentúa la brecha digital en todas sus dimensiones. La Semana del Aprendizaje Digital es una gran oportunidad para reflexionar sobre el papel de las tecnologías móviles en la educación del país y de lo importante que es encontrar un equilibrio entre la adopción de nuevas tecnologías y el desarrollo de una educación crítica y consciente, que prepare a los estudiantes no solo para el presente, sino también para los retos futuros en un mundo en constante evolución.