Pese a que han transcurrido tres años de las Elecciones Generales de 2021, la narrativa del fraude continúa vigente en el debate digital en torno a la institucionalidad electoral, a través de publicaciones en las que se cuestiona la transparencia y credibilidad de las autoridades de los organismos electorales, afirmó Omar Awapara Franco, secretario general de la Asociación Civil Transparencia.
Señaló que de acuerdo con un informe de eMonitor+, sistema de monitoreo y análisis de redes sociales liderado por PNUD, este fenómeno se ve reflejado en un total de 59 publicaciones en contra de los titulares del JNE, Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) y el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec), entre febrero y mayo de este año.
Durante su presentación en la conferencia virtual “Análisis de la violencia digital contra los organismos electorales», organizado por la Escuela Electoral y de Gobernabilidad (ESEG) del JNE, Awapara Franco indicó que otro hallazgo importante es que el 100% de los discursos de odio están referidos a una supuesta afiliación política e ideológica por parte de los titulares de los entes electorales, cuestionando así su imparcialidad.
Detalló, asimismo, que entre febrero y mayo se identificaron 135 publicaciones en redes sociales con comunicación tóxica y discursos de odio en contra de la institucionalidad electoral, en 40 de las cuales se detectaron mensajes que atacaban las supuestas identidades políticas de las referidas autoridades.
El especialista manifestó que la comunicación tóxica recae principalmente en el presidente del JNE, Jorge Luis Salas Arenas, a quien vinculan a un supuesto plan de la izquierda política para controlar los procesos electorales, y que luego se hace lo propio contra el jefe de la ONPE, Piero Corvetto, quien recibe ataques con argumentos similares a los utilizados en contra de Salas Arenas.
A pesar de que predominan los ataques individuales hacia las autoridades electorales, refirió, “la comunicación tóxica también alcanza a las propias instituciones”. Esto se evidencia en publicaciones en las que el JNE y la ONPE son objetivos de ataques que cuestionan su independencia e imparcialidad.
Resaltó que estos ataques se producen en un contexto no electoral, por lo que no es difícil anticipar que cuando se llegue a un período electoral esta violencia sea aún mayor y pueda trascender el espacio digital.
Awapara Franco refirió, además, que el 63.4% de las publicaciones tóxicas fueron emitidas por cuentas con dominio exclusivo en espacios digitales, es decir, cuentas que comentan temas coyunturales, ya sean personas reales como los famosos “influencers” o anónimas.
Dijo que un segundo grupo de publicaciones tóxicas provienen de cuentas que pertenecen a periodistas y comunicadores cuyo alcance va desde los 6 mil hasta los 3.7 millones de seguidores. En tercer lugar, aparecen las autoridades electas en cuyas cuentas se ha emitido el 7.5% de las publicaciones tóxicas. Estas autoridades, pese a no publicar constantemente, generan un alto número de visualizaciones cuando se pronuncian sobre temas electorales. Por ejemplo, algunas publicaciones tóxicas realizadas por congresistas superan las 100 mil visualizaciones.