Por un país sin terrorismo
Frente a la muerte de Abimael Guzmán, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos señala lo siguiente:
1. Reiteramos nuestra tajante condena a los crímenes instigados por Abimael Guzmán, quien es el principal responsable por la terrible violencia que sufrió nuestro país entre los años 1980 y 2000. Impulsados por Guzmán, los senderistas asesinaron sin compasión a miles de campesinos y campesinas, policías, soldados, autoridades, dirigentas y dirigentes sindicales, líderes y lideresas políticos, ronderos, ronderas, cooperantes, profesores, profesoras, empresarios. No existe ninguna justificación para estos crímenes.
2. Reiteramos nuestro total rechazo a Sendero Luminoso y a toda forma de terrorismo. Condenamos toda pretensión de llegar al poder mediante el empleo del crimen y el terror. Rechazamos toda doctrina o ideología que se ponga a sí misma por encima de la persona humana y sus derechos fundamentales.
3. Consideramos fundamental que desde todas las instancias estatales exista un compromiso claro y firme con la promoción de los derechos humanos de todos los peruanos para su plena vigencia. Ninguna autoridad o funcionario puede respaldar posiciones que impliquen tolerar la violencia y las violaciones de los derechos humanos.
4. El compromiso con los derechos humanos implica especialmente la defensa de los más vulnerables, quienes fueron las principales víctimas de la violencia desatada por Abimael Guzmán y sus seguidores. Este compromiso no debe quedar en expresiones retóricas, sino demostrarse en hechos concretos, especialmente en la reparación adecuada a las víctimas del conflicto armado interno.
5. Debemos señalar que, si la prédica violentista de Abimael Guzmán tuvo acogida en un minoritario sector de la población, se debió a que en nuestro país no existía una convicción generalizada sobre el respeto de la persona humana. Creemos que la intolerancia, el menosprecio por el otro, el racismo, siguen presentes en nuestro país. Por ello creemos que es fundamental que el Estado y la sociedad lleven a cabo la promoción integral de los derechos humanos, especialmente en el ámbito educativo.
6. Finalmente, creemos que, en relación al cadáver de Abimael Guzmán, las autoridades deben proceder conforme a ley, buscando preservar la seguridad nacional.
