Vida y Estilo

Priorizar la salud ayuda a respaldar la efectividad de las vacunas

  • Sistema inmune débil provoca mayor susceptibilidad a la infección.
  • La desnutrición puede ocurrir tanto en individuos con bajo peso, como con sobrepeso y ocurre cuando el cuerpo no tiene los nutrientes que necesita.

La desnutrición crónica, la poca capacidad para comprar alimentos, la mala alimentación, y reducida actividad física pueden hacer que las vacunas sean menos eficaces para estimular una respuesta inmune contra la COVID-19. Así lo dio a conocer la Dra. María Isabel Vera, Gerente Médico en Abbott, quien señala que “las deficiencias de nutrientes pueden conducir a un sistema inmunitario debilitado y una mayor susceptibilidad a la infección”. Algunos expertos, además, proponen que corregir las deficiencias nutricionales puede atenuar los cambios relacionados con la edad en el sistema inmune. Sobre todo aquellos que contribuyen al aumento de la susceptibilidad y a los peores resultados observados en pacientes con COVID-19 de edad avanzada.

Por ello, conozca las razones más importantes para priorizar hábitos saludables:

  1. La nutrición es clave para el sistema inmunológico. Una alimentación adecuada apoya la capacidad del cuerpo para responder a un desafío inmunitario, ya sea la exposición a un nuevo virus o enfermedad.  Una variedad de vitaminas y minerales afectan la condición y el crecimiento de las células inmunes, incluyendo vitamina C, zinc, vitamina D, vitamina A y vitamina E. Además, la mala alimentación ha sido reconocida como un factor potencial que afecta el deterioro gradual de nuestro sistema inmunológico a medida que envejecemos, haciendo hincapié en la necesidad de priorizar la alimentación saludable a lo largo de la vida.
  • El ejercicio también contribuye a la función inmune. La actividad física puede mejorar la salud en general, y la investigación muestra que también puede tener un impacto positivo en nuestra inmunidad. El ejercicio regular se ha relacionado con una mejor respuesta de vacunación en adultos mayores, y los episodios agudos de ejercicio parecen mejorar la respuesta inmune del cuerpo a las vacunas.
  • Los alimentos y bebidas saludables ayudan a mantener un buen estado físico y cuerpo sano.  Dar prioridad a los alimentos y bebidas saludables es importante, y nunca es demasiado tarde para hacer mejoras en nuestros hábitos alimenticios, lo que puede tener un impacto positivo en general y en la salud inmunológica. Seguir una dieta equilibrada con frutas, verduras, carnes magras, lácteos y grasas saludables puede ayudarle a obtener nutrientes clave para apoyar la salud inmunológica, incluyendo:
  • Proteína: La proteína es necesaria para construir anticuerpos y células del sistema inmunitario. Algunos de los aminoácidos que componen las proteínas son combustibles importantes para las células del sistema inmune. Muchas personas adultas mayores no comen suficiente proteína; sin embargo, su ingesta sigue siendo necesaria para el mantenimiento de la función física.
  • Vitaminas y minerales: Se necesitan muchos micronutrientes para mantener el cuerpo sano. Las vitaminas A y D ayudan a regular el sistema inmunitario, y la evidencia sugiere que la vitamina D puede desempeñar un papel en la respuesta inmune del cuerpo a los virus respiratorios. Las vitaminas C y E son antioxidantes que pueden ayudar a proteger del daño a las células, incluidas las células inmunes. El zinc es importante en la síntesis de nuevas células de dicho sistema.

Los suplementos nutricionales o alimentos especializados pueden proporcionar proteínas, vitaminas y minerales que ayudan a mantener la salud inmune, especialmente para las personas con mala ingesta de alimentos o aquellos que podrían beneficiarse del apoyo nutricional.

De acuerdo con la Dra. María Isabel Vera, además de una buena nutrición, la actividad física contribuye al apoyo general de la salud y del sistema inmunitario. Practicar de forma regular ejercicio, incluido el entrenamiento de resistencia, también puede ayudar a mantener los músculos y la fuerza. Siempre hable con su profesional de la salud para ayudar a encontrar ejercicios que sean adecuados para usted y su familia, tales como:

  • Ejercicios de acondicionamiento como saltos, sentadillas de peso corporal o estocadas
  • Levantar pesas o usar bandas de resistencia

Pasos simples como priorizar una buena nutrición y participar en más actividad física pueden ayudar mucho en la promoción de la salud y pueden apoyar en la forma en que las personas también responden a las vacunas.

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