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Pros y contras de las dietas más populares

Por años las dietas han sido la primera respuesta para personas que buscan bajar de peso, reducir medidas o cambiar sus hábitos alimenticios. Esta constante preocupación por la salud y la estética se ve manifestada en la cantidad de dietas que se han popularizado con el pasar del tiempo, y que muchas veces se llevan a cabo sin ningún tipo de asesoría nutricional, poniendo en riesgo la salud.

Es por eso que, en la siguiente nota Sylvia Rodríguez, Nutricionista en Healhy Pleasure, analiza a detalle y bajo su punto de vista profesional, las dietas más populares de los últimos años, señalando las ventajas y desventajas que trae consigo cada régimen.

Dieta paleolítica:
La dieta paleolítica se basa en alimentos similares a los que se habrían consumido en el Paleolítico (hace aproximadamente 2,5 millones a 10 000 años). Incluye alimentos como carne de res magra, pescado, frutas, vegetales, frutos secos y semillas. Todo aquello que no esté en esta lista de alimentos, no se incluye dentro de esta dieta.

Ventajas: Al no contener muchas fuentes de alimentos ricos en carbohidratos además de la fruta, se puede llegar a una reducción de peso. Sin embargo, los carbohidratos son sumamente necesarios en nuestra alimentación como fuente de energía primaria.
Desventajas: La restricción de un grupo de alimentos natural, totalmente saludable, que contiene nutrientes esenciales. Por otro lado, el exceso de carnes de origen animal podría suponer mayor riesgo de algunas enfermedades crónicos no transmisibles.

Dieta cetogénica:
La dieta cetogénica prioriza la cantidad y la proporción de grasa que se consume en el día, en comparación con la cantidad de proteína o carbohidratos. Se creó con un fin clínico para personas con epilepsia y convulsiones, mas no con el fin de perder peso, que es como se utiliza actualmente. En esta dieta se utilizan aproximadamente 5% de calorías que provienen de carbohidratos, y esto genera que el hígado produzca cetonas como subproductos para preservar la glucosa y proporcionar a las células energía para funcionar.

Ventajas: Proporciona una pérdida de peso más rápida que una dieta tradicional baja en grasas o una dieta mediterránea. Una dieta cetogénica también ha demostrado la capacidad de mejorar los niveles de azúcar en sangre, aumentar la sensibilidad a la insulina en personas con diabetes tipo 2 y elevar los niveles de colesterol a corto plazo, pero no hay investigaciones que respalden sus efectos a largo plazo sobre la diabetes o colesterol alto.
Desventajas: Esta dieta resulta muy restrictiva. Recordemos que una alimentación balanceada no omite grupo de alimentos, menos aún uno tan importante como los carbohidratos, que son nuestra fuente principal de energía. Dado que es una dieta tan limitante, a menudo es un desafío mantenerla a largo plazo, lo que puede explicar por qué aún no hay suficiente investigación sobre los efectos a largo plazo que puede tener en el cuerpo.

Ayuno intermitente
El ayuno intermitente no es una dieta propiamente dicha, sino un patrón alimentario que restringe los tiempos de comida a cierta ventana de horas. El tipo de ayuno más conocido es el de 16:8, el cual tiene 8 horas como ventana de consumo de calorías y ayuno de 16 horas.

Ventajas: Para las personas que buscan bajar de peso, existe una reducción de calorías que resulta más fácil de llevar, debido a la restricción de horas en las que uno debe de comer. Sin embargo, ese beneficio no existirá si es que no hay un déficit calórico.

Desventajas: No existen suficientes estudios que comprueben la efectividad de este patrón. Algunos ejemplos: un estudio de 2018 publicado en Nutrition and HealthyAging mostró resultados de pérdida de peso después de 12 semanas de ayuno intermitente 16: 8, pero el tamaño de la muestra fue de solo 23 personas. Un estudio de 2017 en JAMA Internal Medicine mostró que un grupo en ayunas de 100 participantes perdió más peso durante un período de 12 meses, que un grupo que no hizo dieta, pero no más que un grupo queredujo las calorías en general.Además, no parece ser un método que se mantenga a largo plazo.
Es importante tener en cuenta que este tipo de patrón alimentario no es recomendable para embarazadas, diabéticos, personas que toman medicamentos para hipertensión o enfermedadcardiovascular, niños, adolescentes y personas con trastornos alimenticios.

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