El artista trujillano Mario Chumpitazi , presenta su obra «Jinetes Fantásticos»

Perú.- “Jinetes Fantásticos”, del artista trujillano Mario Chumpitazi, es una muestra que hace vagar al espíritu por espacios encantados permitiendo al espectador encontrarse con formas y personajes sorprendentes. 

El artista pretende forjar imágenes de mundos aparentemente irreales realizados con colores que chocan entre sí y personajes marcados por una especie de exotismo provenientes de una necesidad de ilusión inherente al creador. 

Hombres y mujeres con máscaras protectoras, jinetes cabalgando hacia lugares que no conocemos, figuras fantásticas con rostros que claman, por mencionar algunos cuadros impactantes. El artista evidencia un manejo consistente del color y de la composición mostrando en esta muestra su afán por la búsqueda de un estilo y una imperiosa necesidad de sumergirse en la ilusión. 

Cuadros en que toda violencia expresiva se atenúa como a propósito por el énfasis en una delicada armonización del color y de la luz en los que se puede sentir ternura y melancolía. Unos rostros en actitud de sorpresa, manchas de color como gestos violentos, se aparecen como signos angustiados al espectador. Se transmite una sensación de un desasosiego que llega al espectador gracias al equilibrio y valor expresivo del color y la forma. En conclusión, una muestra imperdible.

La muestra va desde el 

22 Abril hasta el 14 de mayo

De 10:00 a.m. a 6:00 p.m.

Galería ImaginArte de Clínica Zegarra

Av. Primavera 886, Chacarilla, Surco

INGRESO GRATUITO

FRASES DEL ARTISTA

« La pintura representa para mí una especie de liberación. »

Mario Chumpitazi es un artista Trujillano cuyas pinturas se han exhibido a nivel nacional. Describe sus obras figurativas como si giraran en torno a la fantasía. Sin embargo, cada uno de los personajes de Chumpitazi transmite mensajes y temas específicos. Sus composiciones diversas y a menudo vibrantes se crean con acrílicos sobre diferentes soportes que incluyen tela, cartón, madera, yute y lienzo.

Historia 

Ninguna reprimenda o amenaza de castigo pudieron aminorar a sus dos años de edad, los ímpetus por hacer de las paredes enormes lienzos plagados de figuras fantásticas. En el jardín y en la primaria, sus blocks y cuadernos antes que aprisionar lecciones, se convirtieron en cómics y novelas gráficas protagonizadas por guerreros medievales, soldados o sus superhéroes favoritos. 

Sus padres supieron darle rienda a su innato talento para el dibujo, lo matricularon en la Escuela de Bellas Artes donde pulieron la riqueza expresionista que tenía en sus dedos. Acabó el colegio y emigró a Lima. Se hizo diseñador gráfico, egresado de la Toulouse-Lautrec, el instituto que lleva el nombre del pintor burdelero al que se le atribuye la paternidad del afiche publicitario. 

Pasaron dos décadas dedicada a la diagramación de textos, diseño de avisos, la caricatura satírica publicada en diversos medios, a la concepción de infografías de la cual es un eximio especialista, hasta que llegado el momento se decidió a romper con todo compromiso laboral para dedicarse de lleno a la pintura, la pasión de su vida.

Lleva ya algún tiempo refugiado en su taller, dando vía libre a su imaginario pictórico, permitiéndole plasmar obras de arte bastante estimables a causa de su visión singular y colorida de lo que considera realista —o surrealista—, escapados de su universo creativo. 

Su nombre es Mario Chumpitazi, es trujillano y viene abriéndose espacio a punta de pincelazos. Varios de sus cuadros se encuentran en exhibición actualmente en galerías artísticas y de decoración en Lima y viene preparando su muestra Jinetes Fantásticos, si todo vuelve a la normalidad, claro está.