Empresarial

Mayor disponibilidad de medicamentos para el autocuidado ahorraría USD 1,300 millones al año

Lima.- De acuerdo con un reciente estudio realizado por la Asociación Latinoamericana de Autocuidado Responsable (ILAR), la ampliación del acceso a medicamentos de venta libre para tratar de forma autónoma el 50% de los resfriados comunes, diarreas agudas, candidiasis vulvovaginal y lumbalgia, en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México, generaría ahorros por más de 1,300 millones de dólares en los sistemas de salud. Estos recursos podrían invertirse en intervenciones clave para la salud pública, como la vacunación de cerca del 10% de la población de América Latina y el Caribe.


Al mismo tiempo, ayudaría a reducir el impacto del ausentismo laboral. Hoy, las pérdidas anuales en productividad se estiman en más de USD 4,600 millones; cifra que podría reducirse casi a la mitad (USD 2,500 millones), si se tomaran algunas medidas de fácil implementación. “Con base en la experiencia de otros países, estamos convencidos de que la autogestión de la salud para condiciones simples y no graves, complementada con una mayor disponibilidad de medicamentos de venta libre, genera un impacto positivo en los sistemas de salud”, afirma Juan Thompson, director general de ILAR.


Además, beneficia directamente a los consumidores. Según los datos del estudio de ILAR, el 85% de peruanos que necesitaban tratar o prevenir alguna dolencia menor durante la pandemia consideró que el autocuidado era una alternativa relevante, dada las dificultades para acceder a la atención médica. En ese sentido, además de la actividad física y la alimentación adecuada, el uso racional de medicamentos de venta libre fue una de las mejores opciones para cuidar de su salud.


Ahora bien, la automedicación responsable, como uno de los pilares del autocuidado, implica el uso consciente de los medicamentos de venta libre; es decir, revisar las indicaciones que acompañan al producto, detener su consumo cuando los síntomas cesen y, de ser necesario, consultar con un médico.


De acuerdo con Thompson, una de las barreras para facilitar la comercialización de los medicamentos de venta libre es que en América Latina siguen utilizándose los términos automedicación y autoprescripción de forma errónea. “Muchas veces se usan indistintamente, como si fueran sinónimos.

Sin embargo, estos conceptos son muy diferentes y no deben confundirse: la autoprescripción es la práctica incorrecta del uso indiscriminado de fármacos que sí requieren de indicación o supervisión médica. En cambio, la automedicación con medicamentos de venta libre es reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una práctica de autogestion de la salud, siempre y cuando se garantice que los usuarios reciban la información necesaria para el uso adecuado de los productos”.


Por ello resulta determinante promover el autocuidado y capacitar a los usuarios para que autogestionen su salud de manera adecuada.
De acuerdo con los datos recogidos por ILAR, durante la pandemia, el 47% de encuestados consideraba que contaba con los conocimientos y herramientas disponibles para cuidar de su bienestar sin ayuda médica. De hecho, la mayoría consultó fuentes digitales para indagar sobre los medicamentos que podían aliviar sus síntomas, pero a su vez manifestaron que les gustaría recibir más información por parte del personal médico.


Por su parte, Mario Zúñiga, Competition & Markets Leader de EY Law Perú, señala que la experiencia internacional indica que cuando se permite la venta de medicamentos de venta libre en otros espacios diferentes a las farmacias brinda al consumidor mayor disponibilidad y acceso. Todo ello sin impactos negativos relevantes. Asimismo, señala que el precio total de un producto incluye los costos de búsqueda en los que uno incurre para llegar a ese medicamento, por lo cual mayor disponibilidad puede significar un ahorro en términos de traslado o tiempo para los consumidores.

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