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Por el pleno respeto a los derechos de las Mujeres

  1. La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos considera que uno de los problemas más graves de la sociedad peruana es la violencia contra la mujer, que tiene múltiples expresiones, desde los numerosos casos de feminicidio y agresiones físicas hasta la exclusión de la mujer de muchos espacios de toma de decisiones.
     
  2. En ese contexto ha sido un gran retroceso la escasa presencia de mujeres en el primer gabinete del presidente Pedro Castillo, porque priva al país de los aportes de muchas mujeres capaces para ejercer la función pública y además transmite un mensaje sumamente negativo respecto al rol que corresponde a las mujeres en la sociedad, reforzando lamentables estereotipos de género.
     
  3. Efectivamente, todavía en el Perú, muchas personas creen que el espacio público está reservado a los varones.     Por lo tanto, las mujeres que participan en la vida política sufren con frecuencia agresiones que ningún hombre enfrenta, como el cuestionamiento a su sexualidad, su aspecto físico, su maternidad o su vida familiar. Todas estas expresiones buscan descalificar a las mujeres y  se producen independientemente de la orientación política de la agraviada.    Estas formas de acoso político son totalmente condenables y terminan disuadiendo a muchas mujeres de participar en política.
     
  4. Por ello nos parece sumamente grave que el Presidente del Consejo de Ministros haya sido acusado por una congresista de proferir una expresión de indudable violencia sexual en su contra, lo que consideramos una forma de acoso político.   La acusación debe ser investigada, esclarecida y sancionada si se comprueba que el hecho efectivamente se produjo. Ninguna persona que haya naturalizado la agresión a la mujer por su condición de tal debe ejercer un cargo público.
     
  5. Invocamos a todos los poderes del Estado para comprometerse activamente en la defensa de los derechos de las mujeres, incluyendo su derecho a la participación en la vida política. Por ello, nos unimos a las numerosas voces que desde la sociedad civil exigen al presidente Castillo la incorporación de más mujeres a su gabinete.
     
  6. Finalmente, señalamos que ni las costumbres ancestrales ni los valores tradicionales pueden ser empleados como argumentos para justificar la violencia contra la mujer en ninguna de sus formas. Mas bien, creemos que es responsabilidad del Estado promover los cambios culturales necesarios para erradicar las concepciones que subyacen a la violencia contra la mujer.
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